lunes, 23 de abril de 2018


Si pudiéramos establecer una regla que toda empresa debería seguir (por grande o chica que sea su tamaño) es la de “evaluarse constantemente y saber cuáles son sus fortalezas y debilidades”, esto para que pueda aprovechar las oportunidades del entorno y evitar posibles amenazas que pudieran mermar su crecimiento o, en el peor de los casos, sobrevivencia. Para ello existe una herramienta muy útil para hacer frente a situaciones estratégicas complejas de una manera muy sencilla y rápida, el análisis FODA.


Esta matriz se deriva de las iniciales de sus cuatro pasos, de los cuales te pediremos prestar atención:

FORTALEZAS: Estas son las capacidades especiales y recursos internos con que cuenta la empresa, aquello que la hace diferente a la competencia y única en el mercado. Un ejemplo de ello sería el que cuente con un buen ambiente laboral, que sus equipos sean proactivos, el que cuente con un profundo conocimiento del mercado, un producto de calidad superior o un reconocimiento especial del cliente para con la marca.

OPORTUNIDADES: Estos son todos los factores externos que resultan positivos y favorables en el entorno de la empresa; por ejemplo: Las regulaciones a favor, una competencia débil o un mercado mal atendido.  Se debe tomar en cuenta que las oportunidades solo serán visibles y útiles a través de las fortalezas o a través de la eliminación de las debilidades, es decir, si se tiene un producto de gran calidad se podrá aprovechar que la competencia sea débil o con escasa oferta.

DEBILIDADES: Se trata de todos los factores internos que limitan el aprovechamiento de las oportunidades, provocan una posición desfavorable frente a la competencia y cuya identificación es necesaria para poder mejorar y así evitar las amenazas y recuperar una buena posición en el mercado. Para identificar estos puntos valdrá la pena contestar sinceramente estas dos preguntas: ¿Qué cosas no hace bien la empresa o incluso hace peor que otros? y ¿Cuáles son las razones detrás de los problemas existentes?

AMENAZAS: Son todas las situaciones que provienen del entorno y que atentan contra la estabilidad de la organización. Estas pueden partir tanto de la competencia como de las condiciones del mercado. Unos ejemplos de esto pueden ser: los cambios en legislaciones o hacienda, un escenario político o económico cambiante en la región, un accidente ambiental o una acción en concreto de la competencia. Es muy importante tener en cuenta solo aquellas amenazas que puedan llegar a afectar a la empresa en un futuro no muy lejano.

Un buen diagnóstico estratégico sienta las bases para un plan exitoso, por eso te recomendamos realizar frecuentemente este análisis para mantenerte al día y al alba ante cualquier cambio inesperado. 

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