lunes, 26 de marzo de 2018


Es un hecho, todos sin excepción hemos vendido algo, desde una idea o un producto, hasta nuestra propia experiencia. Las ventas son una de las labores más inherentes a la experiencia humana, y como tal hay un factor que debes de recordar, la forma en que vendemos marcará toda la diferencia. Para ayudarte a mejorar tus futuras ventas, te dejamos las siguientes claves:

1.      Yo también soy un producto: Antes que nada, debemos recordar que nosotros también le vendemos al cliente nuestra imagen y fortalezas, es por ello que debemos cuidar nuestra presentación personal y lenguaje (tanto verbal como corporal). Hay que tener muy presente que se dispone solo de 3 segundos para causar una buena primera impresión, antes de que el interlocutor forje un juicio equivocado.
2.      La seguridad también vende: Debemos proyectar nuestro conocimiento y experiencia. Solo el 7% de la efectividad de un mensaje proviene de las palabras que utilizamos, 38% proviene del tono y 55% de las señales no verbales, por lo que cuidar la forma en que interactuamos con el cliente al momento de hacer la venta es de suma importancia.
3.      Se persuasivo: Procura mantener la empatía y una actitud positiva hacia las necesidades del cliente, ya que esto es lo que te permitirá tener una verdadera conexión con ellos.
4.      Conoce a fondo tu producto y el de tu competencia: ¿Cómo funcionan tus productos? ¿Qué beneficios ofrecen y cuál es el valor agregado que tienen sobre los productos de la competencia?
5.      Gana la confianza del cliente: Esto se logra ofreciéndole ayuda y soporte para solucionar sus problemas, pero, sobre todo, siendo honesto en cuanto a lo que sí se puede o no lograr con tus servicios y productos.
6.      Mantén la comunicación después de la venta: Da seguimiento a cada compra para conocer la satisfacción de los clientes. Se proactivo, contacta al cliente para futuras promociones, otros productos que pudieran ser de utilidad o nuevos productos.

Dar una buena impresión de ti depende tanto de tus aptitudes como de tus actitudes. Saber venderse y vender es la llave que abre las puertas a mejores oportunidades para la empresa y tu crecimiento laboral.


¿Alguna vez te has propuesto emprender algo nuevo para la empresa o de manera personal, pero al meter las manos en el asunto, todo resulta en una camisa de once varas? entonces sabrás que subestimar un proyecto es algo muy poco recomendable.
Muchas veces tendemos a pensar que los problemas o proyectos que nos proponemos tienen soluciones sencillas y, por triste que suene, se tiende a subestimar su tamaño, tardándonos más de lo estimado en llevarlos a cabo o, en el peor de los casos, terminando por mejor dejarlos de lado.
Para que puedas llevar a cabo tus proyectos, te recomendamos seguir los siguientes tips:
       1)    Selecciona objetivos y planifica
Antes de darle al blanco es preciso primero poner el ojo en centro, en el arco y en la flecha. Cada proyecto debe tener objetivos puntuales y tiempos de cumplimiento, para ello es recomendable repartir el proyecto en tareas individuales que sean fáciles de cuantificar y estimar, para tener un mayor grado de precisión.  Mantener un orden y una planificación nos permitirá prever posibles retrasos y nos dotará del poder de tomar contramedidas.
       2)    Organización y prioridades
Los proyectos grandes tienden a tener muchos factores independientes, lo cual los hace propensos a la confusión. Muchas veces adelantamos partes del proyecto, pero dejábamos otras atrás que son igual o más críticas para el bien del proyecto global. Es importante tener claras cuáles son las prioridades o sino, es muy posible que se pierda el control y no se cumplan los tiempos. 
       3)    Aprende el arte de delegar
Delegar es una gran herramienta. En todo equipo de alto desempeño, el trabajo bien hecho se logra únicamente cuando se confía en el trabajo de cada uno de los miembros. Así, por más que uno esté 100% feliz con el resultado del trabajo individual, es un hecho que se gana más con un trabajo bien distribuido.
       4)    Anticípate al desastre
Se suele decir que es mejor prevenir que lamentar, y esta premisa es completamente aplicable a la gestión de proyectos y al cálculo de riesgos. Es por ello por lo que es de vital importancia estar siempre alerta ante los posibles problemas que pudieran aparecer para tomar las precauciones pertinentes.
       5)    No le tengan miedo al elefante
Hay un dicho que dice: “¿Cómo se come un elefante? ...De bocado en bocado.” Los proyectos grandes pueden ser abrumadores, y por más que se organicen o se gestionen, siguen siendo intimidantes de enfrentar. Dicho de otro modo, sólo hay una manera de comerse un elefante: De bocado en bocado. Cuando no se sabe por dónde empezar, sólo hay que empezar, y luego se decide el por dónde meter el segundo bocado.

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